Nuestro escritorio es nuestro lugar de trabajo, es un lugar realmente importante y especial, donde podemos pasar mucho rato y además tratando asuntos que son importantes. Que sea un lugar agradable, ordenado, donde trabajemos a gusto y donde encontremos todo con facilidad nos ahorrará tiempo y nos ayudará a ser más productivas.
1. Deshazte de todo aquello que de verdad no necesitas
¿Cuantas cosas acaban encima de tu escritorio que en realidad no necesitan estar ahí, o que no deberían estar ahí? ¿Tienes papeles que ya no sirven? ¿Objetos que se han ido acumulando? ¿Pisapapeles que te regalaron, cosas que has ido dejando sin llevar a su sitio por pereza o despiste? ¿Revistas, folletos, etc? Todo aquello que no tenga una utilidad clara para tu trabajo debería irse de tu escritorio. Aquello que te guste pero tenga que estar en otro sitio, llévalo a otro sitio. Aquello que no tenga utilidad o no te guste, mira si puedes regalarlo a quien sí pueda usarlo, o si es algo que ya se tiene que tirar. Eliminar todo lo que sobra de tu escritorio permitirá que trabajes mucho mejor y que te resulte más fácil concentrarte en lo que has de hacer allí.
2. Usa un archivo para tus papeles
Necesitas tener un espacio donde tengas todos tus papeles organizados y al alcance. Puede ser un archivo, unas carpetas, carpesanos de anillas… Utiliza un sistema que te resulte cómodo y que haga que no tengas papeles acumulados en tu escritorio. Incluso todo lo que puedas escanear y archivar directamente en tu ordenador o en la nube, mejor, menos cosas que ordenar y limpiar en casa.
3. Designa un lugar concreto para tu papel “importante”
Para ese que sí necesitas de momento en tu escritorio, como notas, facturas por pagar, documentos por revisar… Utiliza una bandeja para papel, un archivador o revistero de cartón, o cualquier sistema que te funcione, te permita tener esos papeles a mano, pero ordenados.
4. Deshazte a diario de los papeles que ya no necesites
Cada día cuando termines tu tarea en el escritorio tira a la papelera todas las notas y papeles que ya no te sirvan y archiva los que desees conservar pero no vayas a utilizar de momento.
El objetivo es tener tu escritorio despejado, confortable y funcional. Haz de esto un hábito