Consigue que tu ropa de cama dure mucho más como el primer día con estos consejos para limpiarla, guardarla y cuidarla mejor.
1. Saca toda la ropa de cama y organízala Si se te amontonan las sábanas y fundas como un revolitjo y cada oveja no está con su pareja, sácala toda, emparéjala y dobla cada juego guardándolo junto.
2. Aprende a descartar Deja a un lado cualquier conjunto de sábanas, mantas, almohadas o fundas de edredón que estén muy gastados o que tengan la medida de una cama que ya no tienes.
. Limpia en profundidad el cabecero Si es una pieza textil, usa espuma para limpieza en seco. Si por el contrario se trata de un cabecero con una superficie lisa de madera, con una toallita específica para este tipo de material o un paño ligeramente humedecido bastará.
4. Pasa la aspiradora y dale la vuelta al colchón Eliminarás la acumulación de polvo y suciedad en profundidad que haya ido acumulándose en el colchòn.
5. Lava el protector del colchón y el faldón de la cama Tienes que hacerlo a menudo de igual manera que lavas las sábanas. Es muy fácil que el protector retenga bacterias y algún elemento que haya manchado la cama.
6. Lavado en profundidadLas sábanas no suelen tener manchas difíciles pero es importante lavarlas con agua templada o caliente, entre 40 y 60ºC. De este modo se eliminan las bacterias, los ácaros y desaparecen los restos de suciedad. También te recomendamos que antes de poner la colada, revises las etiquetas porque puede que requieran de algún cuidado especial.
7. Selecciona un programa apto para el tejido de las sábanas Normalmente suelen ser de algodón, por lo que seleccionando el programa “algodón” y una temperatura de 60ºC, las sábanas saldrán completamente limpias. Si su composición son tejidos más delicados, elige un programa especial con el fin de evitar que se estropeen las fibras.
8. Procura ajustar la cantidad de detergente a la carga No añadas más de la cuenta porque la lavadora necesitará aclarados adicionales, y puede que queden restos de detergente que harán que las sábanas no sean tan suaves.
9. Seca las sábanasPara secarlas tienes dos opciones: utilizar la secadora para tenerlas secas en poco rato y volver a hacer la cama. Es la opción más cómoda si no tienes mucho tiempo, está lloviendo o no tienes espacio para tenderlas. Selecciona un programa corto y a baja temperatura para un mayor cuidado de los tejidos. O bien, tenderlas al aire libre evitando que les dé el sol directamente, para que si son de color no lo pierdan, y si son blancas no adquieran un tono amarillo.
10. Después del secado Recógelas cuando estén secas y no esperes demasiado para que no queden muy ásperas.